
Felicia quiso capturar la acogedora y familiar sensación de la entrada de la casa de su hija en su pintura. La obra transmite la idea de un lugar lleno de amor y recuerdos, resaltando la importancia de la familia y el sentido de pertenencia. La pintura se convierte en un retrato emocional de la bienvenida y la conexión con seres queridos.