
Felicia pintó a sus nietas pequeñas con ropa de cusqueñas peruanas para honrar y celebrar su herencia cultural. Quería capturar la belleza de la tradición y transmitir el orgullo por su identidad peruana a través del arte. Esta obra representa un vínculo emocional y cultural entre la artista y sus nietas, así como un tributo a la rica herencia de Perú.